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Verano Rojo de EEUU: La compleja preservación de la memoria

28 de Julio 2019
AP Photo,Monumento bajo construcción conmemoratorio de la matanza de negros hace 100 años en Elaine, Arkansas. El monumento está siendo construidao en la vecina localidad de Helena, donde fueron detenidos y torturados cientos de negros. Foto del 15 de junio del 2019. (AP Photo/Noreen Nasir)
AP Photo,Monumento bajo construcción conmemoratorio de la matanza de negros hace 100 años en Elaine, Arkansas. El monumento está siendo construidao en la vecina localidad de Helena, donde fueron detenidos y torturados cientos de negros. Foto del 15 de junio del 2019. (AP Photo/Noreen Nasir)

ELAINE, Arkansas, EE.UU. (AP) — J. Chester Johnson nunca había oído hablar de la matanza de negros en Elaine, a un par de horas de la localidad donde pasó su infancia en Arkansas. Nadie hablaba de eso, los maestros no la mencionaban en las clases de historia y solo los ancianos recordaban el baño de sangre de 1919.

Recién de adulto se enteró de lo sucedido. Para entonces, su abuelo Alonso “Lonnie” Birch ya había fallecido. Y tal vez se había llevado un secreto a la tumba.

Johnson cree que Birch participó en las matanzas de Elaine. Y ahora quiere asegurarse de que la gente está informada acerca de una de las masacres por cuestiones raciales más grande en la historia de Estados Unidos, los disturbios del Verano Rojo que se esparcieron por ciudades y pueblos de todo el país.

“Me siento obligado”, dijo Johnson, quien es blanco. “Cuesta crecer en un ambiente muy segregado sin que eso te afecte. Si no le haces frente a todo eso, nadie se entra de lo sucedido”.

Johnson, quien hoy vive en Nueva York, es copresidente de una comisión que supervisa la construcción de un monumento en homenaje a las víctimas de 1919. Los impulsores de la iniciativa esperan que la estructura, erigida en un parque frente a los Tribunales del condado de Phillips, a media hora de auto de Elaine, genere interés en las matanzas. Otros dicen que el proyecto es un absurdo –empezando con el sitio donde se erige el monumento– y quieren que se ponga énfasis en reparaciones, asegurando que tras las matanzas se robaron muchas tierras a los negros.

“Hubo literalmente una guerra aquí. La gente quería quedarse con propiedades que eran de los negros”, dijo Mary Olson, quien es blanca. Olson preside el Centro del Legado de Elaine, que trata de preservar la historia de los derechos civiles de la región.

La violencia estalló la noche del 30 de septiembre de 1919, cuando campesinos negros se reunieron en una pequeña iglesia de Hoop Spur, a unos 4 kilómetros (2,5 millas) de Elaine. Los campesinos querían mejores sueldos y un mejor trato y estaban hablando con sindicalistas cuando llegaron un policía y un guardia de los ferrocarriles.

Se produjo una pelea y hubo disparos, aunque no está claro quién abrió fuego primero. El guardia murió y el policía resultó herido.

Los blancos, ya molestos porque los negros se estaban organizando, estallaron y durante varios días turbas de la zona y de localidades y estados vecinos mataron a hombres, mujeres y niños.

Más de 200 hombres, mujeres y niños negros fueron asesinados, de acuerdo con la Iniciativa por una Justicia Igualitaria, una organización sin fines de lucro de Montgomery, Alabama, que documentó más de 4.000 linchamientos de negros en Estados Unidos entre 1877 y 1950. También murieron 50 blancos. Cientos de negros fueron detenidos y muchos de ellos torturados para que ofreciesen testimonio incriminatorio. Algunos fueron obligados a irse de Arkansas y, según el Centro del Legado, a muchos de ellos les robaron sus tierras.

Johnson dijo que su abuelo integraba el Ku Klux Klan y trabajaba para la empresa de ferrocarriles Missouri Pacific Railroad, la misma compañía para la que trabajaba el guardia muerto en la iglesia de Arkansas. Cuando empezó la violencia, según Johnson, ejecutivos de la empresa alentaron a sus trabajadores a que se plegasen a la ofensiva contra los negros. Agregó que probablemente su abuelo acató ese llamado.

Los relatos de las matanzas difieren y no es fácil encontrar material de archivos, señaló Brian Mitchell, profesor adjunto de historia de la Universidad de Arkansas-Little Rock. “Tienes que entender que todo el mundo que tenía algo de poder en el estado participó de algún modo en la matanza. La gente que controlaba los archivos eliminaba esa información”, dijo Mitchell.

Algunos residentes creen que se exageró mucho la cantidad de muertos.

Poindexter Fiser, alcalde de Elaine de 1985 al 2007, quien es blanco, dijo que se habla de más y que su abuelo aseguraba que habían fallecido “unas 25 personas”.

Kyle Miller, director del Centro Cultural Delta de Helena-West Helena, dijo que por muchos años “no se admitió esta violencia… era algo de lo que solo se hablaba la puertas cerradas”. Miller es descendiente de los hermanos Johnston, cuatro hermanos negros, ricos, que se dice fueron sacados de un tren cuando regresaban a Helena tras irse en una excursión de caza y fueron asesinados durante la matanza.

“Ojalá este monumento genere un diálogo. Que la gente se haga preguntas y pueda aprender la historia de nuestra comunidad”, agregó Miller.

El monumento será inaugurado en septiembre.

No todo el mundo lo ve con buenos ojos.

El Centro del Legado opina que el monumento debería estar en Elaine.

“Cuando hablas de ‘1919’, ¿en qué piensas? En Elaine”, dijo James White, director del Centro. “No piensas en Helena”.

Otros dicen que esta revisión de la historia debería enfocarse en las tierras que les robaron a los negros y hay quienes piden compensaciones para los descendientes de quienes fueron despojados.

Miller y otros impulsores del monumento dicen que Elena no tiene los recursos necesarios para ser el centro turístico que tienen en mente. Y para ellos, la matanza es un tema que rebasa Elaine: Cientos de negros fueron detenidos, torturados y procesados en tribunales de Helena.

Elaine sigue sintiendo el impacto de la violencia. Aún hoy es una ciudad muy segregada: Los blancos viven mayormente en el sur y los negros en el norte. Aproximadamente el 60% de sus 527 habitantes son negros.

“Es una ciudad tranquila, pero sigue habiendo tensiones raciales porque todavía estamos divididos”, dijo White, un negro nativo de Elaine, cuya abuela le contó que en la época de la violencia los negros se escondían en pantanos para tratar de sobrevivir.

A White le gusta la idea de que se hable de la matanza, pero cuestiona quiénes lo hacen y quiénes se benefician.

“Cien años después, pasa lo mismo, solo que con otros matices”, sostuvo, aludiendo a la disparidad entre quienes gobiernan el condado do Phillips y los residentes negros de Elaine. “Hay mucho odio aquí… y los negros siguen teniendo miedo” de hablar de la matanza.

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El reportero de la Associated Press Ken Miller (Oklahoma City) colaboró en este despacho.

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Noreen Nasir está en http://www.twitter.com/noreensnasir

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