¿Cuántas veces has escuchado: “Voy rápido por unos tacos, no me tardo”? Estoy segura de que muchísimas, y también sé que la has dicho en varias ocasiones porque, efectivamente, todos hemos comido en la calle por necesidad, por prisa, por practicidad o simplemente porque se nos antojó.
En Latinoamérica, las familias pueden dedicar hasta el 30 % de sus gastos en comida callejera informal, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Un porcentaje alto, más aún cuando los principales consumidores son de ingresos bajos y medios; además de que es una importante fuente de ingreso, especialmente para las mujeres, quienes representan entre el 70 y 90 % de los vendedores en algunas regiones.
Sí, todos hemos comido en la calle, y es que está en nuestro ADN. Sabemos que desde la época en la que Cortés llegó a Tenochtitlán ya hacíamos de los alimentos un negocio y, por supuesto, un placer.
Es por ello que esta edición de CAMBIO la dedicamos a esa comida que tanto nos gusta y que está llena de mitos, como que el hecho de comer diario fuera de casa hará que engordes. Fuimos con una especialista que nos aclaró que el menos culpable de que estés a punto de dar el botonazo es la comida de la calle.
También hicimos una encuesta en línea –más de 600 internautas participaron– para conocer qué alimentos callejeros consume la gente: el rey resultó ser el maíz, ya que de cada 10 personas, seis acostumbran comer tacos, seguidos por las quesadillas y las garnachas.
Y ya que estamos hablando de distintos platillos, te contamos el origen de algunos… Te sorprenderá saber que esos ricos pastes que creías originarios de Hidalgo son de una nación que está al otro lado del mar. Como en CAMBIO ya es costumbre, te platicamos sobre alimentos que también puedes encontrar en la calle, pero cuyo origen es 100 % sustentable.
Finalmente, para que dejes de echarle la culpa a la comida por esas llantitas que te están saliendo, te dejamos una lista de los alimentos que regularmente encuentras en la calle y las calorías que estos le brindan a tu cuerpo.
Toma en cuenta que las autoridades de salud recomiendan no pasarte de 2 000 calorías en un día, así que comienza a hacer cuentas.
Recuerda no espantarte la próxima ves que te comas una quesadilla, no te va a hacer daño, mucho menos vas a subir dos kilos después de disfrutarla. Y si puedes platicar con las personas que preparan estos deliciosos alimentos, quizá te lleves una gran sorpresa al saber que utilizan ingredientes sanos y sustentables.