Periodismo imprescindible Martes 15 de Octubre 2024

La belleza… ¿cuesta?

10 de Noviembre 2018
No disponible
No disponible

POR VALERIA GALVÁN*

Además de aportar mi opinión sobre el amor y las relaciones interpersonales, alguna vez escribí en la sección de belleza de una revista de estilo de vida. Durante esa etapa investigué exhaustivamente el tema y comencé a emitir mi opinión sobre posturas, productos y los servicios relacionados.

No descubrí el hilo negro ni aporté una nueva teoría revolucionaria, pero sí llegué a una buena conclusión: mejorar nuestro aspecto físico puede ser más económico de lo que creemos –no estoy tomando en cuenta cirugías plásticas, cambios irreversibles o mejoras de uso profesional (tratamientos estéticos)–. Hablo de las acciones más básicas de belleza: el cuidado personal. Sí, el que incluye alimentación saludable, ejercicio, limpieza facial y corporal, además de un baño diario, una peinadita y el adecuado uso de la moda de acuerdo con nuestras necesidades y recursos (recuerda que de la moda, lo que nos acomoda).

Hace poco mi amiga modista Carmen me dijo al verme: “¿Qué te has hecho?, te ves más joven”. Me sentí como Benjamin Button y le respondí que todo se lo debía a la combinación de hábitos que tengo. Esto no incluye cigarro ni alcohol, pero sí un hábito nocturno: la limpieza facial.

Hace un año y con el fin de escribir una reseña hice un experimento: decidí comprar un tratamiento completo de belleza muy reconocido y aclamado; consta de espuma facial, tónico, crema para ojos, suero hidratante, crema facial nocturna y crema facial diurna. El chiste me costó alrededor de 15 000 pesos, y creo que salió barato ya que hay marcas más caras. Bien, compre mi kit de belleza y lo guardé durante dos meses. Ese tratamiento rendiría 3 meses si pretendía ser disciplinada. Traducido en inversión de un mes, el costo sería de 5 000 pesos.

¿Qué hice esos dos meses? Durante el primero utilicé productos naturales o de procedencia “naturista”, y una crema de tradición que utilizaban mis abuelas. Definitivamente se convirtió en todo un ritual sustituir mis productos “caros” por el equivalente en formato natural. Jabón con extracto de rosas, agua mineral, aceites naturales, etcétera, me acompañaron durante 30 noches en mi rutina de belleza. Mi inversión para un mes de tratamiento fue de aproximadamente 350 pesos.

El segundo mes utilicé una línea de productos de catálogo que tuvo un costo de 3 000 pesos para tres meses de tratamiento. Es decir, la inversión mensual sería de 1 000 pesos.

Voy a compartirte un secreto que no te dicen todos: el resultado a largo plazo es el mismo. El valor de una marca de lujo radica en los resultados a corto plazo. Lo que un tratamiento natural logra en un año, uno low cost lo hace en 6 meses, y el high end (o sea el carísimo de París) lo puede lograr hasta en 3 semanas o un mes.

Conclusión 1: la constancia y la disciplina te llevan al éxito, y esto es aplicable hasta a la hora de cuidarnos. Querer resultados inmediatos te cuesta dinero y el ahorro implica paciencia. ¿De qué equipo eres tú?

Conclusión 2: si eres de los que fuman, toman, se estresan o se desvelan constantemente, ni el tratamiento carísimo de París te salvará del efecto “envejecimiento”, además de que quizá te provoquen algunas enfermedades.

La belleza empieza de adentro hacia afuera, y eso no incluye las costosas cajetillas de cigarro en las que te gastas lo mismo que puedes invertir en un bonito tratamiento facial que te hará experimentar el efecto Benjamin Button.

 

*Buscadora de historias urbanas de sus contemporáneos millennials. Ponte atento, tu historia puede ser la próxima.

@valeria_galvanl

Recientes