Ha habido muchos intentos a nivel mundial que pretenden acabar con el efectivo. En lugares como India o Sudáfrica, se han hecho incontables ensayos para terminar con este sistema de pago por muchas razones, desde su poca practicidad hasta evitar el lavado de dinero, combatir el terrorismo y por cuestiones fiscales.
Contrario a esto, se ha promovido el uso de dinero digital argumentando que es una manera de fomentar la inclusión financiera y que se terminaría con la pobreza, además de que las divisas digitales nunca fallarían. Pero cabe preguntar si esto es verdad.
En los últimos días hemos visto noticias sobre fallas en el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) en nuestro país. Un sistema sumamente novedoso y por el que el Banco de México ha recibido en varias ocasiones premios de distintas instancias internacionales. Hasta ahora, ha sido sumamente eficiente y está en vías de promover un sistema financiero óptimo.
No obstante, hay mucha información y poca certeza de lo que sucedió, ya que ni siquiera el Banco de México sabe cómo pudo ocurrir un ataque cibernético. El SPEI es un medio gracias al cual los bancos pueden hacer transferencias interbancarias en cuestión de segundos. Además, es operado por el Banco de México y otros jugadores. Y esperaríamos que la tecnología no nos fallara, sin embargo, en nuestro país los bancos tuvieron que operar bajo un programa de contingencia, lo que generó retrasos en las transferencias. Banorte fue una de las instituciones más afectadas, junto con Citibanamex y Banjército.
Además, perjudicó el cierre de operaciones en el mercado bursátil ya que no fue posible cubrir posiciones de inversionistas –una contingencia importante si consideramos que fueron transacciones de millones de dólares–; es un riesgo que tendrán que asumir los bancos involucrados si se confirma que no se procesaron.
Los problemas ya se habían registrado desde hace unas semanas, sin embargo descartaron que fuera un riesgo recurrente dado que los sistemas del Banco de México no fueron afectados. Se investiga fue un ataque de denegación de servicio (DDoS), aunque no son datos oficiales.
La Condusef, por su parte, indicó que si no se pudo llevar a cabo el pago de un crédito, el banco no podrá cobrar ningún recargo o gasto de cobranza. Sugiere a los usuarios revisar sus estados de cuenta para verificar que los pagos fueran procesados.
El diario El Financiero reporta que la afectación total fue de 400 millones de pesos; y que los más afectados fueron Banorte con 150 millones de pesos y Ban Bajío con 160 millones. El problema fue que hicieron transferencias a cuentas fantasma que se habían creado con poco tiempo de diferencia, y se retiró el dinero de forma inmediata. Aunque pensemos en las empresas que no consiguieron liquidar la nómina a tiempo y tuvieron que duplicar el pago o utilizar crédito, así como en las cuentas de hospital que no fue posible solventar por falta de liquidez.
La cifra económica no representa la afectación que pudieron padecer miles de Mexicanos que no lograron realizar sus transferencias. Pero si analizamos que el 80 % de los mexicanos ocupa efectivo, tal vez el perjuicio no pareciera tan grave para el resto; no obstante, para el otro 20 % de la población que ocupamos los sistemas digitales, representa más de 1.07 billones de pesos en movimiento.
*Asesor financiero especializado en fintech y coaching financiero.
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