Xatzi Trujillo me entrenó. Me entrenó durante 5 minutos con el propósito de enseñarme a hacer sentadillas correctamente. Desde ese día mi vida cambió.
¿Quién es Xatzi Trujillo? Nada más y nada menos que un orgullo para México y para las mujeres. ¿Por qué me enseñó a hacer sentadillas? Porque pasé todo un día con ella a fin de realizar un videorreportaje sobre su entrenamiento.
Yo no perdí el tiempo y le conté que no era muy afecta a hacer ejercicio o a dedicarle horas de mi vida a la actividad, pero que tenía muchas ganas de empezar para sentirme con mejor condición, y de paso moldear algunas partes de este cuerpo de más de metro y medio que cargo.
Durante el reportaje me contó que además de dedicar la mitad de su día al entrenamiento tiene una licenciatura en administración de empresas y un trabajo en el que invierte la otra mitad de su día. Disfruta de la comida, de su familia y de sus alumnos a quienes da clases de karate. Es un talento de menos de 25 años que planea dejarnos muy en alto en las próximas olimpiadas, si es que participa.
Xatzi además de ser amable es una chica centrada, amigable y apasionada de lo que hace. Es campeona nacional en la categoría de kata individual, y es conocida a nivel internacional como “La Mexicana”. ¡Todo un orgullo para nuestro país!
Bien, pues este orgullo de las artes marciales fue mi inspiración a partir de sus tips para hacer sentadillas. Fue quien me dijo “Puedes empezar con esta pequeña rutina cada tercer día y vas a ver que te va a gustar”.
Cuando decidí comenzar mi pequeña rutina, no pude parar y empecé a agregar actividades y ejercicios, como abdominales, salto con cuerda, pole dance y ¡twerking! con las rolas de J Balvin. Puedo presumir de no hacerlo nada mal.
Han pasado 3 meses desde que una nueva yo decidió darle cabida a una vida más sana y activa, más allá del sofá combinado con Netflix y palomitas aderezadas con cátsup –¡sí, cátsup!–. Esa era yo: alguien que renegaba de la actividad física por considerarlo algo fuera de sus necesidades.
Utilizo este espacio con el objetivo de enaltecer a aquellos que me ha dejado algo bueno, bonito o simplemente un aprendizaje. En el caso de Xatzi debo reconocer que sin querer fue más allá de la moraleja. Su momento conmigo le dio un giro de 360 grados a mi rutina, ya que ahora el ejercicio es parte de mí y no puedo abandonarlo. Sin intención de dejarme leer como un cliché (si no esta columna no se llamaría como se llama) ¡me siento y me veo como quiero!
Para cerrar, en esta ocasión, que además de platicar sobre una persona admirable, el personaje que como en toda buena película tiene una evolución soy yo, no me puedo despedir sin dejar un mensaje para mi entrenadora de sentadillas: ¡Gracias, mi querida Xatzi!, ¡mi querido orgullo mexicano!
*Buscadora de historias urbanas de sus contemporáneos millennials. Ponte atento, tu historia puede ser la próxima.
@valeria_galvanl